• Los nevus (lunares), pueden ser desde marrones hasta negros, con o sin relieve. Suelen ser congénitas y en principio no revisten cuidado pero hay que observarlas.
• Las efélides (las típicas pecas), son una acumulación de pigmento de forma redondeada y no uniforme. No presentan ningún problema para la salud. Se presentan con mayor frecuencia en personas de piel clara y se oscurecen con el sol.
• Los léntigos solares. Se producen en personas que abusan del sol, suelen ser mayores que las pecas con bordes más difusos e irregulares.
• Los melasmas o cloasmas. Son manchas que aparecen por alteraciones hormonales. Son muy frecuentes en el embarazo o la lactancia pero pueden aparecer también por la ingesta de anticonceptivos o en la menopausia. La exposición solar predispone a su aparición.
• Los melanomas, que pueden ser desde marrones hasta canela, de forma asimétrica, que cambian en el tiempo y deben ser tratados de inmediato.

Los más habituales y que más tratamos en Línea Ideal son los melasmas, los léntigos solares así como algunos lunares.

En ellas encontramos un exceso de melanina (el pigmento natural de la piel) junto con el depósito de algunas proteínas degradadas por la exposición solar crónica.