Por exposición al sol

Una de las maneras de obtener la dosis diaria de vitamina D que nuestro organismo necesita, que no la única, es sintetizarla a través de nuestra piel mediante la exposición al sol.

Para hacernos una idea, con exponernos unos 20 minutos diarios al sol, en manga corta y pantalón corto, tendríamos suficiente vitamina D para nuestras necesidades diarias.

Más concretamente, se sintetiza por los rayos UVB de la radiación solar, pero no vale tomar el sol tras los cristales, ya que los UVB no pasan a través de los cristales, que sólo dejan pasar los rayos UVA.

Los rayos UVB son también responsables del envejecimiento de la piel y en última instancia, del cáncer de piel, por lo que hay que tener especial cuidado con el tiempo que estamos expuestos a él y evitar la sobre exposición y las horas centrales del día.

Ingerirla al alimentarnos

Pero si no podemos salir y no disponemos de terraza ¿Qué podemos hacer?

Por suerte, la vitamina D también la podemos ingerir. Hay alimentos ricos en esta vitamina con lo que podemos cubrir nuestras necesidades diarias.

La caballa, el atún, el salmón, las sardinas, ya sean frescos o enlatados, son ricos en vitamina D, de hecho, una ración de cualquiera de ellos nos proporciona casi un 90% de nuestras necesidades diarias.

También está presente, aunque en menor proporción, en otros alimentos como en la leche, los yogures, los huevos y en los hongos.

También hay que tener en cuenta que hay algunos alimentos enriquecidos con vitamina D. Y por último podemos tomarla en forma de suplementos.

Por lo general, sólo el 20% de la vitamina D necesaria, la obtenemos a través de alimentos o de suplementos. La mayor parte la sintetizamos a través de la piel por exposición al sol.