Como bajar de peso después de las vacaciones

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Volvemos de las vacaciones y ¡horror! por esos kilitos de más

Como bajar de peso después de las vacaciones

Es muy frecuente que tras la vuelta de las vacaciones lo primero que hagamos sea subirnos a la báscula y ver con horror que hemos cogido peso. Y es que es normal, un poco más de descanso, más picoteo, algo más de alcohol dan como resultado un aumento de peso. Pero, tranquilidad, no hay que desanimarse ni tirar la toalla, lo que tenemos que hacer es controlar daños para evitar ir a peor.

Hay diferenciar entre aquellos que han ganado de peso, pero hacen ejercicio de forma habitual a lo largo del año y que además cuidan su alimentación, de los que no cuidan su alimentación ni tienen control de las calorías que ingieren y, además, son pasivos o realizan ejercicio de forma esporádica o estacional.

Los que han entrenado con regularidad durante todo el año, tres o cuatro días de ejercicio a la semana, vuelven de las vacaciones sin haber cogido tanto peso como podían pensar porque aunque hayan bajado el ritmo en verano y se relajen, su cuerpo sigue funcionando a nivel óptimo. Tienen el metabolismo acelerado, lo que les permite que su aumento de peso sea menor.

«Son mayoría los que ni entrenan ni cuidan su alimentación habitualmente por lo que, si su metabolismo es bajo, llevan una alimentación desajustada, son sedentarios y en verano se mueven aun menos, sumado a que pican de aquí y de allí, el aumento de peso está garantizado.»

Hay que proponerse un cambio de hábitos que nos permita, no solo bajar de peso sino mantener esa bajada en el tiempo. Bajar de peso es fácil si nos sacrificamos, lo difícil es cambiar nuestros malos hábitos de manera permanente para evitar nuevas subidas.

Pero, ¿cómo conseguimos bajar de peso?

Lo primero que necesitamos averiguar es cómo se distribuye nuestro peso corporal, esto es, cuantos kilos de músculo, grasa, agua, y masa ósea tenemos para determinar cómo tenemos que cambiar esas proporciones para tener no solo un peso más bajo sino también un “peso más saludable”.

Para que nos hagamos una idea dos personas de la misma edad, estatura y complexión que tengan, una de ellas más masa muscular y menos masa grasa que la otra, aunque el peso total sea el mismo, la primera tendrá menos talla en la ropa (medirá menos de contorno), gastará más (podrá comer más sin aumentar de peso) y tendrá una edad metabólica menor que la segunda.

Así que no se trata solo de perder peso sino de que parte de nuestro peso (grasa o masa muscular) perdemos y cual aumentamos.

Una dieta equilibrada mantenida en el tiempo y un poco de deporte hacen auténticos milagros.

Debemos acostumbrarnos a realizar cinco comidas diarias y tomar alimentos que nos aporten nutrientes y las calorías adecuadas a nuestro ritmo de vida.

Debemos controlar sobre todo la ingesta de azucares (y ello incluye frutas, algunas verduras, y carbohidratos), lo cual no quiere decir dejar de comerlos significa que tenemos que saber lo que comemos, en que momento y porqué.

Hay personas que piensan que cenando tres piezas de fruta no van a engordar pero es mejor tomar unas lonchas de pavo con tomate y huevo duro y dejar la fruta para otro momento del día.

No hay que olvidar que los azucares aportan básicamente energía y esta si no se usa, no se destruye, sino que se transforma en grasa que almacenamos en forma de “michelines”.

Es importante no hacer la compra con hambre, es mejor realizarla después de haber comido, de esta manera nos evitaremos comprar alimentos muy procesados y compras por impulso. Con lo que también evitaremos tentaciones en casa.

Tenemos siempre que recordar que mantener un peso saludable nos ayuda a tener mejor ánimo y nos evita grandes problemas de salud.

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